Es bien sabido que la música, introducida a niños y niñas en edades tempranas supone un gran apoyo al desarrollo intelectual, del habla, sensorial, auditivo y motriz. Pero, ¿qué ocurre cuando el niño o niña crece, le gusta la música, quiere seguir estudiándola y tiene que decidirse por un instrumento? Lo primero que hay que tener en cuenta es que la práctica de un instrumento musical es una herramienta muy útil para lograr su desarrollo integral, potenciando la creatividad, la inteligencia, las habilidades del lenguaje o la memoria. Por lo tanto, los padres y madres no deben pretender que su hijo o hija se conviertan en el próximo Mozart, pero sí deben valorar que les será más fácil aprender matemáticas, cultivar la paciencia y fomentar valores tan importantes como la disciplina y la autoestima.
FACTORES QUE INFLUYEN EN LA TOMA DE DECISIÓN
Desde factores socioeconómicos hasta los más puramente personales van a influir en la toma de decisión. Lo que hay que tener claro es que el niño o niña debe conocer los instrumentos, para evitar decisiones precipitadas. Cada Instrumento posee infinidad de posibilidades, pero todo dependerá de la dedicación, práctica y tiempo físico. Nuestro consejo es que sean ellos quienes decidan qué instrumento tocar. No es nada recomendable que la figura paterna o materna influya en esta elección y mucho menos imponerlo. Tanto padres y madres como profesorado pueden guiar y aconsejar, pero la última decisión debe ser del intérprete. No hay que descartar que el chico o la chica reciban alguna clase de los instrumentos que sean más de su gusto, y así ayudar a decidirse. Hay que dejarlos experimentar con varios instrumentos diferentes antes de decantarse por uno.
EL INSTRUMENTO, UN MEDIO PARA APRENDER MÚSICA
Cuando se empieza a tocar un instrumento no es solo un fin, es un medio para aprender y experimentar la música en uno mismo. Por ello, una de las cosas que se han de conseguir es que el niño o niña se identifique con su instrumento para que lo disfrute al máximo. De esta forma, ya tenemos a un alumno motivado. Hay que fomentar que el niño o niña escuchen música con nosotros, porque puede ayudarnos a averiguar el tipo de instrumento que podría tocar. Es esencial fijarse en los sonidos que disfruta y hablarle sobre los instrumentos que producen esos sonidos.
La variedad es muy importante. Permítele escuchar a solistas y conjuntos, pregúntale acerca de la canción y sobre las partes que le encantan. Con el tiempo, se puede descifrar el interés por instrumentos que producen los sonidos que le gustan.
AYUDA CON FUNDAMENTO
Hay que tener en cuenta los viejos dichos, porque no les falta razón: ‘Tú no escoges el instrumento, es el instrumento el que te escoge a ti’. Para ayudarlos a tomar la mejor decisión, hay que hacer una serie de observaciones:
¿Por qué le gusta este instrumento más que ningún otro?
¿Está emocionado con el instrumento?
¿Le gusta cómo suena?
¿Encaja el instrumento con la música que más le gusta escuchar?
Si todas las respuestas encajan y son positivas, todo parece indicar que la historia entre músico e instrumento será una verdadera historia de amor. No dejes que se desaliente, pero al mismo tiempo, no lo obligues a hacer algo con lo que no es feliz. Es preferible errar varias veces que repetir el error en el tiempo. Si a pesar de los intentos, tu hijo o hija no se acostumbra a ningún instrumento, pero sin embargo le encanta la música, debes considerar apuntarlo o apuntarla a clases de canto.